sábado, 22 de agosto de 2009

Síndrome de Antiseducción Matemática (S.A.M.)


Claudi Alsina escribe esta nota en su libro “Una matemática feliz y otras conferencias” y figura en muchos blogs de mates. Excelente!!!

El síndrome de antiseducción matemática, SAM, constituye un extraño fenómeno que conmueve a la sociedad internacional. Para intentar entender tanto la génesis del problema como las características del mismo pasamos a hacer una descripción resumida de los conocimientos mas relevantes que sobre el SAM se poseen:

(a) Antecedentes históricos.

Sobre la aparición del SAM existen versiones contradictorias y polémicas. Algunos estudiosos mantienen la intima relación entre la presencia de los primeros casos del SAM y la aparición de profesores de matemáticas, amparándose en los brotes detectados ya en Alejandría clásica y en los efectos que el famoso tratado de los “Elementos” causo desde sus primeros usos docentes. Otros estudiosos consideran probada la estrecha relación entre el SAM y la aparición de Facultades de matemáticas.

(b) Primeros síntomas

Uno de los primeros síntomas que más ha despistado a los investigadores ha sido la diversidad de síntomas que anuncian la aparición del SAM.

Cabe considerar que el SAM se extiende en todos los países del mundo y afecta a todas las clases sociales.

Normalmente los primeros síntomas aparecen hacia los 10-11 años. En muchos casos la práctica continuada de la “resta llevando” sin entender nada o la escritura masiva de divisiones con decimales son desencadenantes del SAM. Unos ataques convulsivos de bostezos acostumbran a preceder el síntoma inicial más grave del síndrome: la atrofia de los músculos de la nuca. En un primer momento el sujeto empieza a necesitar su mano y brazo izquierdo para, apoyando el codo en una mesa, poder sujetar con la palma de la mano la mejilla izquierda. En una fase mas avanzada el sujeto se inclina hacia delante y a menudo precisa reposar su cabeza en el brazo que yace sobre la mesa bordeando el cuaderno. No es de extrañar la incontinencia lacrimal y el pestañeo continuado.

En algunos individuos que han contraído el SAM se da también un movimiento continuo de cabeza hacia los lados y ansiedades que preceden a la clase de matemáticas. Cuando el verano se acerca acostumbra a desarrollarse una actitud agresiva. Durante las vacaciones los afectados notan una gran mejoría.



(c) Carácter epidémico

Los casos acostumbran a darse en forma masiva en determinadas clases. Pero lo mas grave es que una vez contraído el SAM y ya en la edad adulta, el SAM se transmite de padres a hijos, siendo muchos los padres que confiesan ser poseedores del síndrome a sus hijos incluso antes de que estos pongan de manifiesto los primeros síntomas.

Excepcionalmente, este síntoma es socialmente aceptado y su padecimiento incluso resulta ser de alarde público. Frases tales como: “no te preocupes, que a mi también me paso y aun me pasa”, o “esto es normal, tu madre y yo empezamos a salir debido a esto”, son de uso común.

(d) Hipótesis hipocráticas

A pesar de las atrofia musculares o lacrimales aludidas, claramente se ha descartado el origen vírico del síndrome. El hecho irrefutable de que el SAM pueda desaparecer con un cambio de profesorado de matemáticas y la aparición de síntomas en las clases de esta disciplina, abonan la idea de un origen docente como punto de partida para la aparición de síntomas. Por todo ello la Organización Mundial de la Alegría recomienda que se desarrollen programas de animación del profesorado de matemáticas para que con carácter preventivo se evite la aparición de síntomas. La Organización Mundial de la Alegría ha recomendado una revisión de lo que sucede en los centros de formación, no fuera el caso que cambios drásticos en la formación inicial del profesorado pudieran ahorrar intervenciones posteriores, siempre mas costosas…


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miércoles, 19 de agosto de 2009

Los números de Usain Bolt



Todavía queda una décima de segundo. El límite humano en los 100 metros es de 9,48 segundos, según un análisis matemático que publicó el científico Mark Denny, de la Universidad de Stanford.

El pasado domingo, el jamaiquino Usain Bolt quedó cerca del límite humano al ganar la final de los 100 metros del Mundial de Berlín. Lo hizo con un tiempo de 9,58 segundos y alcanzó el récord mundial.

Bolt, que cumplirá 23 años el 21 de este mes, parece haber roto todas las previsiones sobre la capacidad del ser humano en recorrer la distancia, y ahora las preguntas frecuentes son saber cuáles son los límites. El atleta rebajó la plusmarca en 19 centésimas en apenas un año y unos meses.

Primero alcanzó 9,72, mejorando el récord de su compatriota Asafa Powell (9,77), en mayo de 2008 en Nueva York, antes de dejarlo poco meses después en Pekín, el 16 de agosto, en 9,69, hasta llegar un año exacto más tarde a los 9,58 de Berlín.

Ahora Bolt se atreve a retar a la ciencia. Según el estudio del profesor Mark Denny, los humanos aún no han alcanzado su velocidad máxima en ninguna distancia, y predice que los hombres podrían un día llegar a recorrer los 100 metros en 9,48 segundos.

Pero Danny hablaba del ser humano en general, antes de que apareciera el fenómeno Bolt.

En la prueba del pasado domingo, el jamaiquino realizó 33 zancadas para hacer los 100 metros en 9,58 en Berlín y ha advertido que pronto bajará de los 9,50.

Ayer, la IAAF (Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo), informó que el tiempo de reacción de Bolt fue de 0,146 segundos y la mayor velocidad la alcanzó entre los 60 y los 80 metros con 44,7 kilómetros por hora, lo que le hizo recorrer esos 20 metros en 1,61 segundos. Tuvo una velocidad media de 37,58 km/h.
Berlín. AFP y DPA